En el distrito administrativo de Donaustadt (Viena, Austria) se registró un delito grave con uso de violencia. Durante la noche, en la calle Marlen-Haushofer-Weg, se incendió un automóvil de la marca Mercedes-Benz de color negro que estaba estacionado. Al llegar las autoridades, se descubrió en el interior del vehículo el cuerpo de un hombre con signos evidentes de fuertes golpes y daños térmicos.
La investigación determinó que la víctima, un estudiante ucraniano de 22 años llamado Kuzmin, fue objeto de un ataque premeditado. El incidente ocurrió en el estacionamiento subterráneo de un hotel de lujo cercano al centro de la capital. La víctima fue introducida por la fuerza en un vehículo y retenida alrededor de cuatro horas, tiempo en el que se le exigió transferir sus activos digitales a monederos de criptomonedas bajo el control de los agresores.
El jefe de la Unidad de Policía Criminal de Viena, Gerhard Winkler, declaró que desde las carteras de la víctima se retiraron fondos sustanciales. El monto exacto de los activos digitales convertidos por los atacantes no ha sido revelado, aunque las estimaciones preliminares indican que el valor en dólares podría ser significativo.
Durante las operaciones de inteligencia, la policía revisó las grabaciones de las cámaras de seguridad, identificando a los presuntos responsables y rastreando su ruta de escape. Uno de los sospechosos estudiaba en la misma institución que Kuzmin, lo que podría indicar una relación personal previa con la víctima.
Los acusados son dos ciudadanos ucranianos de 19 y 45 años. Tras cometer el delito, abandonaron Austria y viajaron a Ucrania, donde fueron detenidos en virtud de una orden internacional emitida por las fuerzas policiales austríacas. Durante los registros, se incautó dinero en efectivo, presuntamente obtenido de la venta de las criptomonedas robadas. La extradición de los sospechosos a Austria está prevista para los próximos días.
Según medios internacionales como Coindoo y France24, los ataques dirigidos contra poseedores de criptomonedas se han intensificado en el contexto del aumento de valor de los activos digitales. Las estadísticas de la criminología mundial señalan que, cada semana, se produce al menos un secuestro de un inversionista en criptomonedas o de un miembro de su familia en alguna parte del mundo.